Las setas siempre han formado parte del escenario de leyendas de cuentos de hadas, donde la imaginación del hombre les ha atribuido cualidades de todo tipo. Si bien es cierto que algunas de ellas pueden ser alucinógenas o venenosas, en la realidad, otras, a las que se les atribuyen propiedades extraordinarias, son nutritivas pero no mágicas.

Es el caso de la seta Ganoderma lucidum, más conocida como “lingzhi” o “reishi”, con una popularidad actualmente en aumento, y venerada desde hace más de mil años en el este de Asia por los beneficios que sugieren reporta su consumo contra la diabetes, hipercolesterolemia, e incluso el cáncer. El más impresionante de todos ellos es el que dice que aumentará nuestra longevidad hasta límites inimaginables, apodando así a esta seta como “la seta de la juventud” o “el hongo de la inmortalidad”.

Lo cierto es que los estudios biomédicos en humanos realizados hasta la fecha no sustentan sus propiedades antienvejecimiento, así como tampoco se han hallado pruebas que justifiquen el uso de esta seta en pacientes con cáncer.

Las setas, en general, pueden ayudarnos a cubrir los requerimientos nutricionales de vitaminas, minerales y antioxidantes de nuestro organismo, para llevar una alimentación saludable y prevenir distintas patologías, pero en ningún caso curarlas, como se ha sugerido para combatir enfermedades como el cáncer.

http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/alimentos_a_debate/2014/10/22/220822.php